¿Diablo o Santo?

Localización en portada de Santa María del Rey	Nuestro personaje misterioso	Santa María de Eunate (Navarra)

En el arranque de la arquivolta mas interior, en el  lateral derecho de la portada y ocupando un lugar preeminente aparece una figura muy dañada, se diría que picada, casi irreconocible. En ella se distinguen con claridad unos cuernos, atributo diabólico típico, por lo que parece que las iras populares hacia dicho personaje estarían justificadas. Sin embargo, puede que el vulgo se encontrase equivocado y el Belcebú con el cual se ensañaban realmente era otra cosa. Motivos para la duda:

• actitud serena, semejante a otras figuras de su alrededor
• vestido elegantemente, a la usanza romana, como la mayoría de las figuras del pórtico; el diablo suele figurar desnudo
• parece sujetar un libro/tabla entre sus manos;  raro en el arte románico, en el cual el diablo aparece como un ser antropormorfo y gesticulante, pero no precisamente intelectual. Si no, juzgen de los siguientes rostros:

Códice Santo Domingo de Silos, concluido en 1091	Conques (Francia), Sainte Foy, en torno a 1050-1130

• está adyacente a las representaciones de San Pedro (reconocible por las llaves) y quizás de Cristo, aunque podría también tratarse de otro Apóstol (Mateo). Resultaría muy extraño colocar al Príncipe de los Demonios con semejante compañía.

A continuación ofrecemos dos posibles interpretaciones de la figura, alternativas a la "visión diabólica". Ambas serán figuras cornúpetas (con perdón).

Moisés

¿Moisés con cuernos? Aunque nos resulte chocante, así era como se le solía representar. Para el incrédulo (que los hay), ofreceremos algunos ejemplos:

Representación clásica de Moisés por Miguel Angel, como parte del conjunto del sepulcro de Julio II (1545)	Pintura mural danesa, con Moisés en diversas escenas (Keldby, en torno a 1325).	Moisés revelando la Ley, de la biblia de Bury (Abadía de Bury St. Edmunds, Inglaterra), comienzos s. XII

Estos cuernos han llamado frecuentemente al escándalo. Algunos autores excusan estas representaciones de "Moisés con cuernos" achacánolas a una traducción "demasiado literal" por parte de  San Jerónimo en el Libro del Exodo (34:29) Cumque descenderet Moyses de monte Sinai, tenebat duas tabulas estimonii, et ignorabat quod cornuta esset facies sua ex consortio sermonis Domini, cuando su significado habría sido "emitiendo rayos de luz". Sin embargo,  es importante considerar que en la Antigüedad la representación con un tocado de cuernos de carnero era símbolo de autoridad, por influencia egipcia (Ra-Amón); así le gustaba representarse a Alejandro Magno y  no olvidemos que Moisés era un alto cargo egipcio y por lo tanto conocía sobradamente dicho significado, además de ser poseer Egipto una de las comunidades de la diáspora judía mas florecientes. Así aparece Moisés representado en una medalla (descrita en Selden (1640) De Iure Naturali & Gentium, Iuxta Disciplinam Ebræorum). Lo que sin embargo no encontraremos es a  Moisés representado con alas, a diferencia de nuestro personaje desconocido.

Moisés representado en medalla judía	Representación del dios egipcio Amón de época helenística

El Evangelista San Lucas

Sabido es el gusto del arte románico por el simbolismo, y para ello nada mejor que el Tetramorfos, los "Cuatro Vivientes" de la Visión de Ezequiel (1:10) y Revelación (¿Daniel?) 4:7. En principio se les denomina Querubines, aunque a veces sus rasgos se confunden con los Serafines. Estos seres tienen posiblemente un origen en la mitología babilónica.

La identificación de las cuatro bestias de Ezequiel 1:10 y Revelación 4:7 con los cuatro evangelios canónicos fue realizada por Ireneo (130-200, Adversus haereses, 3.11.8), Augustine (354-430 CE, De consensu evangelistarum 1.6.9 y 4.10.11 y Tractatus in Joannis evangelium 36.5), Jerónimo (ca. 347-420 CE, Prologus quattuor evangeliorum) y finalmente el Pseudo-Atanasio.

De las diversas correlaciones evangelistas-vivientes, la que mas fortuna tuvo fue la de San Jerónimo, casi universalmente reproducida en el arte.

Cuando el viviente no posee alas, se le incorporan. Así el león y el toro serán alados; si se desea algo mas de fidelidad al original, se le pintarán ojos repartidos por la superficie de su cuerpo. En el arte antiguo la aparición de Cristo es doble: por una parte la Encarnación de Cristo como Hijo de Dios para redimir a la Humanidad y la segunda el Advenimiento o Segunda Venida de Cristo para Juzgar a la Humanidad, apareciendo como  Maiestas Domini (Señor en Majestad). Es en esta visión cuando se le acompaña de los Cuatro Vivientes.

Mosaico en ábside de Santa Pudenciana, en Roma, una de las representaciones mas antiguas (s. V)

Otra interpretación artística mas evolucionada antropormiza las figuras, de modo que todas pasan a tener figura de ángeles pero con la cabeza correspondiente al representante del evangelista representado. En la literatura apocalíptica que floreció en las cercanías del primer milenio estas visiones gozaron de especial favor y el mejor exponente fueron la serie de Beatos, donde la imaginación y el colorido desbordan las rigideces del arte románico. Veamos el siguiente ejemplo, San Juan Evangelista, realmente magnífico, procedente del Beato de Liébana.

A continuación mostramos  dos ejemplos del evangelista San Lucas como  "Viviente con figura de Toro" en dos ilustraciones de beatos y en una basa de San Pedro de la Nave (Zamora), quizás visigoda. Está claro que este es el personaje que buscábamos. Incluso podría tener otros compañeros, aunque esto no es seguro.

Códice del monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo (Palencia). Escrito en letra gótica primitiva entre 1210 y 1220	Códice del monasterio de San Pedro de Cardeña. Escrito en letra carolina-gótica entre el 1175 y 1185	Basa. con representación de San Lucas (Según Schlunk, 1970)

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