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El retablo de la capilla del hospital de San Mateo

Marcos Nieto, Julio 2009

Hace poco, trasteando con libros viejos, me encontré con una imagen que me sonaba de algo... especialmente el remate. Rápidamente lo reconocí como una escultura que, aunque no muy nítida en la foto, se conserva en la actualidad y a la cual yo personalmente fotografié a su vez hace casi 30 años en una estancia del claustro de la catedral de Sigüenza. Pero pasemos antes a reproducir la foto en cuestión, que considero una primicia, pues no la he visto reflejada en ninguna de las recopilaciones al uso.

Presbiterio de una capilla con los restos de un retablo al fondo. El retablo está desprovisto de toda decoración, a excepción de un santo de grandes dimensiones situado a cierta altura. Se aprecian diversos cascotes y algún mueble deteriorado

Interior de la capilla del hospital de San Mateo en 1936, tras cesar los combates

La fotografía representa la capilla del hospital de San Mateo, fundado por el chantre Mateo Sánchez en 1445 y mantenido desde entonces a expensas del Cabildo catedralicio, como la principal institución sanitaria al servicio de las clases medias y bajas de la población, aquellas que no podían pagarse una atención médica a domicilio. En 1936, convertido brevemente en hospital militar, sufriría serios daños al escogerse la ciudad como teatro de operaciones de un asedio. Sirva lo anterior de brevísima introducción a nuestro estudio.

Análisis de la fotografía

Nos encontramos en el interior de un inmueble, en concreto la capilla del hospital, que estaba situada en el extremo oeste del complejo hospitalario-asistencial que hacía esquina a las actuales calles del Hospital y de la Estrella. La luz irrumpe con fuerza desde lo alto, sobreexponiendo el margen superior de la escena; esta iluminación y la presencia de algunos cascotes en el suelo indican que la techumbre está dañada, aunque no vencida. Las paredes aparentan estar en buen estado y fragmentos de un arco todavía en pie recortan la parte superior de la escena. La escasa cantidad de escombros parece ser indicativa de un daño menor a la estructura.

Al fondo se aprecia un retablo desvencijado y desprovisto de sus imágenes, a excepción de aquella situada a mayor altura. Se trata de una magnífica escultura de San Mateo Evangelista, casi empotrada en el muro; el resto de hornacinas están todas vacías. Numerosos detalles permiten deducir que el retablo había sido desvalijado antes de hundirse la techumbre: perduran en perfecto estado dos frágiles jarrones de porcelana con flores, aparentemente dejados allí por no juzgarlos de valor. Del resto de imágenes, no hay ni rastro. El sagrario ha sido arrancado, quedando únicamente el hueco. Se observa a la derecha un soporte de lo que podía constituir una lámpara de sagrario; nada queda de lo que colgaba del mismo. Quizás la propia imagen de San Mateo estaba situada demasiado alta para poderse retirar con facilidad.

Escultura de madera policromada representando al apóstol San Mateo de pie, apoyándose para escribir su evangelio en la rodilla izquierda, que mantiene algo levantada. A su derecha un ángel le ofrece un tintero

Tras quedar el retablo reducido poco más que a un armazón vacío coronado por una talla con difícil acceso, vendría otra dura prueba: el hundimiento de la techumbre como consecuencia de ser alcanzado el hospital por bombas en el transcurso de una incursión aérea. Sin embargo, paradójicamente este trance aparenta haber sido menos duro con el conjunto: como ya hemos mencionado, los jarrones no se han inmutado. Ni siquiera un elemento en saledizo como la mesa del altar ha sido descompuesta con los cascotes; el único testimonio de desperfecto es la ausencia de la mano derecha de la talla del santo titular del hospital; bien por el golpe de cascotes al caer o desprenderse al intentarse arrancar la imagen del muro tirando con sogas. El caso es que se demostró lo sólidamente anclada que estaba la talla al muro. Un daño realmente mínimo para el que potencialmente era posible.

Detalle de las manos del santo, donde se aprecia la ausencia de la mano derecha con la que hacía ademán de escribir, mientras sostiene un libro con la izquierda. Las manos de un ángel le ofrecen un tintero

Noticias sobre el retablo original

Una vez que hemos mostrado la única imagen conocida del retablo, eso sí, en el tramo más lastimero de su existencia, pasaremos a dar algunas noticias que teníamos sobre su devenir histórico, que son incluso más escasas.

Al tratarse de un edificio muy antiguo, evidentemente el retablo de la imagen no era el conjunto original; en la imagen se adivinan elementos de los siglos XVII al XX. Para que no resulte una afirmación gratuita, podemos apoyarlo con un apunte contable que nos confirma una de las muchas mudanzas que sin duda sufriría con el paso del tiempo.

Tabla de la imagen de nuestra señora para ayuda a la de san matheo. Ytem se le cargan 15 ducados de una imagen grande de nuestra señora con su marco y cortina que dio nuestro prelado para el altar del hospital y porque se hizo la imagen de san matheo de bulto se vendió para ayuda a la hechura. (cuentas ejercicio 1603-4)

Aquí podemos apreciar como se decide la venta de una pintura sobre tabla de la Virgen María para sufragar el coste de la talla de San Mateo que afortunadamente ha sobrevivido hasta nuestros días. La pintura había sido donada por un obispo para presidir la capilla; no se menciona de que obispo se trataba.

Transcurridos unos años y cuando se había podido acometer el pago de la escultura de San Mateo, le llegaría el turno presumiblemente al altar. De él no conservamos testimonio de su artífice ni de su coste, pero sí de las expensas de dorarlo.

El retablo como tal se aprecia muy alterado en su estilo en la imagen, con un resto del primitivo retablo consistente en dos hornacinas flanqueadas por columnas de estilo manierista, con el fuste decorado en espiral. Por sus características, es muy probable que se tratase de un fragmento del retablo que doró Urbán de Pedreguera en 1668.

Dorar el retablo. Ytem mill doçientos y cinquenta rs que pagó a Vrban de Pedreguera por dorar el retablo que se hiço para la Capilla de la enfermería (cuentas ejercicio 1668-9)

Este Urbano de Pedreguera a lo que parece constituyó un pequeño taller de dorado y estofado de retablos que aparentemente tuvo alguna continuidad: dos hijos suyos se dedicarían a dicha profesión, Jerónimo y Diego de Pedreguera.

Como último dato, decir que conservamos un apunte del importe de pintar el frontal del retablo, trascurridos pocos años del dorado del retablo. Este frontal debió de ser sustituido en el siglo XVIII por la mesa de altar que aparece en la fotografía.

Frontal. Ytem sesenta y seis rs que costó el pintar el frontal del altar de San Matheo (cuentas ejercicio 1673-4)

Referencias

Aniceto Castro Albarrán. "La Gran Víctima. La Iglesia Española, mártir de la Revolución Roja". Salamanca 1940. Lámina 59.

Libro de Niños 1550-1606. [manuscrito] Fondos Hospital de San Mateo. Archivo Catedral de Sigüenza

Hospital. Año 1643 al de 1686. [manuscrito] Fondos Hospital de San Mateo. Archivo Catedral de Sigüenza

Juan Antonio Marco Martínez. "El retablo barroco en el antiguo Obispado de Sigüenza". Guadalajara 1997

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