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Marcos Nieto, febrero 2018
Desde que hace unos años se reformó el palacio que hacía esquina entre las calles Puerta Nueva y Castillejos, al eliminar el revoco del edificio y dejarlo en piedra vista aparecieron empotradas en el muro dovelas que constituían el desarrollo parcial de un arco de grandes dimensiones, cegado. Se da la circunstancia de que a escasos metros de dicha extraña disposición de sillares, se conservan las piedras que constituían el arranque del desaparecido acceso a través de la muralla denominado Puerta Nueva, mandado derribar en el pasado siglo.
Paseando por las eras se me ha ocurrido una posible interpretación de este arco cegado de tan importantes dimensiones, y su relación con estructuras defensivas que muchos seguntinos desconocen. A ver si os convence.
La fachada del Hostal Doña Blanca y a la izquierda de la imagen el resto de arco de grandes dimensiones aparecido tras eliminar el revoco dieciochesco
Un detalle de la fachada anterior, mostrando el tramo de arco empotrado en el muro, evidenciando la ausencia total de restos de la jamba del mismo. Para entendernos, lo referenciaremos como A5
Se da la curiosa circunstancia de que el resto de arco descrito dista apenas unos 50 metros de la antigua puerta de la muralla conocida como Puerta Nueva, derribada en el siglo XX para facilitar el paso de vehículos. Dos accesos tan cercanos el uno al otro sugerían a primera vista que el arco cegado correspondiese a una puerta que jamás se terminase, por construirse en su lugar la Puerta Nueva. Sin embargo, aunque cercanos, ambos arcos habrían dado acceso a lugares muy distintos.
Las afirmaciones anteriores se aprecian mejor desde el aire.
Una vista aérea (ortofoto catastral) del castillo de Sigüenza y de su ladera norte, donde se asienta la ciudad
En la imagen se aprecia con claridad como el perímetro del castillo está rodeado de una zona libre de construcciones y plana de anchura constante (unos 25 metros). En su lateral oeste, dicha zona está flanqueada por un muro que denota faćilmente su carácter de muralla, sirviendo de separación entre dos niveles del terreno, más elevado el que se dispone al pié de los lienzos de muralla del castillo.
El frente de casas del siglo veinte que tapan el lienzo de muralla exterior del castillo
Fragmento de lienzo de la muralla perimetral envolvente del castillo. Tiene una altura equivalente a las casas de dos plantas que lo ocultan.
El paso entre los dos recintos murados, mirando hacia el norte: los lienzos del castillo a la derecha y la fortificación protectora del acceso a la izquierda
El paso entre los dos recintos murados, mirando hacia el sur: se invierte la posición de los lienzos del castillo y la fortificación protectora del acceso, discurriendo paralelo a las murallas.
Por lo que podemos apreciar, nuestros antepasados invirtieron considerable esfuerzo y medios para construir un muro que flanquea un camino con un extremo bloqueado por una edificación y que aparentemente se dirige a los cerros de las Peñuelas, pues en el lienzo poniente del castillo no hay puerta de acceso a su interior. ¿O sí la había y se nos ha olvidado su existencia?
Las dos torres más antiguas del lienzo oeste del castillo, de sección circular frente al resto que son posteriores y de planta rectangular
Sugiero aquí que reparemos en dos esbeltas torres que se sitúan casi en el extremo del castillo, parcialmente ocluidas por un torreón rectangular más moderno. Son prácticamente idénticas a las que constituyen la entrada noble del parador en la actualidad; difieren en cuanto no tienen las armas del obispo Don Simón Girón de Cisneros ni presentan el añadido pintoresco de un campanil. La base del muro está recrecida para favorecer su estabilidad, por lo que oculta la posible puerta que hubiera podido tener. Originalmente estas torres flanqueaban una amplia estancia del castillo cubierta por arcadas góticas, que literalmente atravesaba la construcción. En la "restauración" de los años 70 del siglo XX todo ello fue derribado, sustituyéndose por un patio interior.
Sobre la vista aérea de Sigüenza, se representan las murallas conservadas en la actualidad (amarillo continuo) y tramos perdidos (amarillo discontinuo), así como los lienzos del castillo (rojo). En verde, los tramos de muralla cuya existencia se propone en este trabajo. Las líneas verdes representan las vías de acceso al interior del castillo, a través de dos puertas, una existente y otra propuesta.
Este tramo lateral de muralla posiblemente actuaba de muro protector de los muros del castillo como tales y quizás llegase hasta las plataformas defensivas que cubrían el extremo sur del castillo y el inicio del Barranco del Vadillo hasta la conversión en parador, momento en que fueron eliminadas en su mayor parte.
La fachada sur del castillo, mostrando a los pies de las torres restos de las pocas estructuras defensivas que fueron respetadas durante la conversión en parador nacional de turismo. Se aprecia con claridad cómo la planta del castillo se ensanchó con el paso del tiempo, cuando adquirió un carácter palaciego, aventurándose las bases de las torres fuera de la meseta rocosa del núcleo inicial.
La Puerta Nueva (PN) sustituyó en el siglo XVI a otra anterior que pereció en un incendio y cuyas ruinas se conocieron por ello como la Puerta Quemada hasta la construcción de la puerta que la sustituyó y que por ello recibió el nombre de Nueva. Se destruyó a principios del siglo XX y a juzgar por sus restos era la que poseía la mejor calidad constructiva de las existentes.
Aquí nos encontraremos una puerta que da acceso a dos puertas a su vez, una del siglo XVII (P2) y otra más antigua (luce las armas del obispo Simón Girón de Cisneros, de comienzos del siglo catorce), del siglo XIV, situada más retirada.
La puerta (A1) que proporcionaba antiguamente acceso al recinto fortificado norte. A través de su vano se aprecia la entrada principal (A2), mientras que sobre el muro sobresalen las torres que flanquean la entrada más antigua (A3)
Puerta (A2) del siglo XVII que proporciona acceso al patio interior del castillo. Esta puerta se abrió cuando ya el castillo había perdido su carácter militar, pues va contra las normas de fortificación colocar dos puertas una frente a otra. Era preceptivo forzar un cambio de dirección brusco a los atacantes que lograsen franquear el muro perimetral, de modo que tuviesen que aproximarse a las puertas bajo una lluvia de objetos arrojados desde la muralla.
La puerta existente (A3) y la propuesta (A5), mostradas una junto a la otra, para poder apreciar las evidentes similitudes que presentan. Esta última presenta un grueso recrecido en su parte inferior que impide estudiar las posibles penetraciones que tuviese en su día. Ambas se levantan directamente sobre piedra madre para asegurar su estabilidad e impedir su minado, precisando muy probablemente del tendido de un puente (similar al que se ha reconstruido para la entrada al parador) para salvar la altura y distancia. A la derecha de ambas, la Puerta del Hierro (PH), integrada no en los muros del castillo, sino en la muralla de la ciudad, que nos ha llegado muy desfigurada, pero que originalmente fue la versión mudéjar de las anteriores.
La bibliografía no dice nada de la existencia de una puerta en dicho flanco del castillo, ni tampoco parecen mostrar el menor rastro de la misma las fotografías que afortunadamente se hicieron a la fortaleza con el paso de los años y que nos ofrecen detalles hoy perdidos. Mostraré dos de ellas, sacadas del grupo de Facebook Tu no eres de Sigüenza si no…, que mantiene una estupenda recopilación fotográfica de nuestra ciudad. Así pondremos en contexto visual las imágenes que el paseante curioso puede contemplar en la actualidad.
Una visión de la fachada oeste del castillo en ruinas, resaltando las torres gemelas que supuestamente flanquearían la entrada. Se observa a media altura en el lienzo intermedio entre las torres la existencia de una reja de gran tamaño, hoy inexistente y su hueco cegado. También resultan sorprendentes las dimensiones de las almenas originales del castillo, que se sustituyeron por otras todas iguales y de mucho menor tamaño.
El castillo previamente a su reconstrucción, permitiendo la pérdida de las cubiertas el estudio de su estructura interna. Se aprecian los dos conjuntos de torres circulares gemelas y la nave cubierta por grandes arcos ojivales que se abría tras las torres gemelas de poniente.
La concentración de elementos primitivos en el extremo sur del castillo (capilla del siglo XIII y gran nave cubierta por arcadas ojivales) nos inducen a pensar de que éste fuera el núcleo original de la construcción; si ese fuera el caso, lógico sería que dispusiera de una puerta de entrada, pues las actuales se encuentran todas alejadas en el extremo norte.
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