Marcos Nieto, enero 2013
Hace ya algún tiempo consignamos en estas páginas una serie de noticias más o menos precisas sobre posibles hallazgos arqueológicos producidos en la ciudad de Sigüenza en torno a los aņos 60-80 del pasado siglo. Afortunadamente un amigo de estas páginas nos ha remitido una serie de fotografías de uno de los elementos en cuestión ‐que no obra en su poder‐ cuyas imágenes paso a ofrecer para recabar opiniones sobre que podría tratarse, su posible antigüedad, etc.
Lamentablemente no dispongo de ninguna información sobre el lugar o contexto donde fue encontrada, pues hace años que falleció la persona que la halló; por deducción a partir de las fotos, aparenta tener unos 40 cm de altura. Parece haber sufrido numerosos desperfectos, habiendo perdido la mandíbula inferior y una oreja; la superficie se encuentra muy magullada, especialmente la parte correspondiente a la frente y hocico del animal representado; sobre éstos dos últimos elementos ‐frente y hocico‐ aparenta haberse tallado un bajorrelieve, de simetría radial en la frente y cruciforme sobre el hocico, muy deteriorados.
La calidad de las imágenes es algo modesta, pero quizás suficiente para un primer diagnóstico. Se ruega razonar suficientemente las sugerencias.
Vista superior
Vista frontal
Vista lateral izquierdo
Vista lateral derecho
Vista posterior
Buscando cabezas de felinos o cánidos con un relieve trabajado de modo similar, hemos encontrado una con cierto parecido. Se trata de una gárgola reutilizada en la restauración decimonónica de Santa María de Ripoll, del siglo XII [José Pioján, El Arte Románico. Siglos XI y XII. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. IX, Madrid 1955, p. 59].
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Interpreta las marcas dejadas sobre la superficie en el sentido de que el objeto está tallado empleando dos herramientas propias de cantería: la gradina (para el trabajo fino de la parte frontal) y un cincel (para el trabajo basto de la posterior). Estas herramientas son propias del trabajo en el taller de cantería, y no se emplean en la cantera donde se extrae la piedra, donde se usan picas y cuñas.
Posible ensayo de la porción figurativa de un canecillo (modillón, elemento voladizo sobre el que se asienta una cornisa, un alero o los extremos de un dintel). Quizás pudiera ser realizado en la década de los 1940 por uno de los numerosos canteros que trabajó en la reconstrucción de la catedral de Sigüenza, para reparar los daños causados durante la guerra civil de 1936-9. Además de reparaciones puntuales donde quizás hubiese que reintegrar un canecillo destruído, requirieron una importante intervención con profusión de nuevos elementos el remate de la Torre del Santísimo (hoy denominada Torre del Gallo) y el cimborrio, elemento de nueva creación en las obras de reparación del transepto.
La parte en voladizo del canecillo
es la que suele decorarse figurativamente, mientras que el resto del elemento se embute en el muro para proporcionar
el necesario anclaje.
En nuestra "cabeza
misteriosa" solo tenemos el relieve figurativo, careciendo curiosamente del resto del sillar, por lo que únicamente podría fijarse en un
muro empleando algún tipo de argamasa, resultando por lo tanto poco fiable como elemento sustentante.
Reproducción moderna de un canecillo de estilo románico con decoración figurativa, mostrando igualmente la parte del sillar sin labrar que se empotra en el muro.
Conjunto de operarios posando
ante un lienzo restaurado de la fachada lateral de la catedral (Legado Fotográfico Pedro Archilla).
Nótese la cenefa de canecillos ‐muchos de ellos zoomórficos‐ algunos de reciente labra que discurre por la cornisa. Estos artesanos ‐que adquirieron en el transcurso
de los trabajos una destreza envidiable‐
tenían uno de sus centros de trabajo en la nave adyacente al claustro de la catedral conocida como La Fragua, donde se podían ver hace algún
tiempo restos de su quehacer
dispersos por el local.
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