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Testigo mudo
Vista frontal | Vista de perfil | Vista por detrás |
Balsamarium conocido como Bronce Constantiniano, aparecido en las
obras
de construcción del Cine Capitol (Sigüenza, Guadalajara). 1935-1941.
Negativos de vidrio
y plata a la gelatina, 13x18 cm
Imágenes del Legado Fotográfico Juan Cabré Aguiló (1882-1947)
"El Jardinillo", donde hoy se asienta el edificio conocido como "El
Capitol",
en una guía turística editada en 1929
Contemplando el simpático plano anterior, fijémonos en el agradable jardín de estilo francés en torno al cual se disponían el parque de La Alameda, fachada principal del Convento de San Francisco (actual colegio de Religiosas Ursulinas), la antigua Posada Real y la ermita de San Roque y aledaños. Era conocido como "El Jardinillo". Un muy armónico conjunto arquitectónico que sufriría un drástico cambio, al postularse como emplazamiento de un centro de entretenimiento, cercano a la zona de residencia de la alta burguesía de la ciudad, alejado de otros sin tanta caché, a escasos metros de la residencia del Conde de Romanones, de quien el paseo de la Alameda recibía su nombre entonces.
En 1916 Matías de Grandes, en nombre de un grupo de vecinos, solicitó y consiguió un solar para la construcción de un teatro [1] en un extremo de la Alameda. Por motivos que desconocemos, el proyecto no debió de prosperar, pues en 1921 el local de una sola planta que había sido construido fue cedido al Círculo Obrero por un plazo de 50 años, a condición de terminar su proyecto [2]. Tampoco este uso sería el definitivo, pues en 1929 se presentó un proyecto de mayor envergadura para el que llegaría a ser el Teatro Capitol, figurando entre las cláusulas el compromiso municipal de clausurar el "Teatro del Pósito" cuando "El Capitol" abriese sus puertas.
En octubre del año 1931 y al realizarse la cimentación del futuro Cine Capitol apareció un objeto que por su originalidad mereció ser regalado al arquitecto director de las obras. Del contexto en el que apareció, nada sabemos. Al ser de bronce y bastante bien conservado, se salvó del uso tradicional como cantera que se da a los sillares de piedra arenisca roja que aparecen al cavar en la zona. Conservamos memoria del suceso únicamente al tesón de José Cabré en dejar testimonio fotográfico del mismo, a los cuatro años de producirse el descubrimiento. Será por lo tanto el hallazgo romano en Sigüenza mejor documentado que tenemos; otros hallazgos de los que se conserva memoria -que no otra cosa- del pasado clásico de la ciudad son la estatuilla fenicia o el pedestalillo de Epona.
Vista de la ciudad en 1935, mostrando el Cine Capitol.
El
encuadre de la foto es semejante al del plano turístico
El antiguo Cine Capitol, hoy en día, visto desde La Alameda.
¿Sobre qué se levanta?
Pero dejemos la palabra a Juan Cabré (1882-1947), quien nos prestó el servicio de transmitir la noticia de este hallazgo a la posteridad [3].
Este bronce de Sigüenza se descubrió en octubre de 1931, en la parte baja de la ciudad, en la zona llamada La Alameda, detrás de la glorieta de Las Cruces, en las obras de cimentación del teatro, de las que fue arquitecto-director don Enrique López Izquierdo, quien, en 1935, tuvo la gentileza de ofrecérselo al que suscribe, para su publicación, mediando en ello D. Francisco Iñigez.
La reproducción del mismo, vista de frente, perfil y reverso, suple con creces a la más prolija descripción; pero se hará presente que la rotura de una de sus anillas es muy vieja, a juzgar pro su pátina, como a la vez la pérdida de su tapadera circular. La planchuela ovoide de la base apareció desprendida de su primitivo lugar. Al parecer representa un mancebo, adornado con un torques con extremos de doble sogueado, apenas perceptible, terminando en una especie de bellotas y que cuelgan del centro del collar a modo de candiles de ciervo, también sogueados y con las puntas en contacto, determinando entre ambos una figura semi-ovoide. Pátina verde intenso, con manchas rojizas. Mide de alto 135 milímetros.El bronce coincide con otros representando mancebos, que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional; todos tienen asa y proceden de España, uno de ellos de Coria (Sevilla) y otro de Arenas de San Pedro (Avila). Este último, reproducido por D. Francisco Alvarez-Osorio (Una visita al Museo Arqueológico Nacional; Madrid 1925, lámina 29), es ejemplar que ofrece la singularidad de estar constituida su asa por una especie de doble palmeta aplanada (con una cruz en el centro), fija a dos eslabones que juegan con las dos anillas sitas sobre la cabeza de la figura. Acerca de el uso de este género de bronces extranjeros, particularmente descubiertos en la Tracia y que se conservan en el Museo de Sofía, la creencia más general es que se trata de vasos para perfumes. Véase, al efecto, Seure: "Archeologie thrace", Rev. Arch., 1923, pag. 30; Danoff: "Grabfund aus Warbovka in Nordbulgari", en Archaeologische Anzeiger, 1937, págs. 339-348. Este último cita, además, a E. von Stern: O. Jh., 7, 1904, 197 fs., y Goessler: Antike Plastik für Amelung, 75 fs. Estas últimas referencias bibliográficas han sido facilitadas por el Sr. Vázquez de Parga, del Museo Arqueológico Nacional, al proceder al estudio de los bronces análogos de dicho Museo.
El estilo del bronce de Sigüenza recuerda el de baja época del Imperio romano, del siglo IV de J.C., al del período de los sepulcros imperiales de la casa de Constantino, dato que armoniza muy bien, en primer término, con el símbolo cristiano que de relieve aparece sobre el asa del bronce de Arenas de San Pedro, aunque el carácter de este signo en aquel ejemplar es de sabor clásico, en su obra "Estudios de la Historia y Arte de la Catedral de Sigüenza" (Madrid, 1899, pág. 24). En tiempos del Deán González Chantos –fines del siglo XVIII- aparecieron en las inmediaciones del convento actual de las Ursulinas (o sea cerca del sitio del descubrimiento de este bronce) "grandes basas de columnas gigantescas y muros muy gruesos de un edificio grande y magnífico fabricado en tiempos de Constantino, como lo manifiestan las innumerables monedas suyas, con el lábaro de Christus en monograma que allí se hallaron’, tradición que quizás ha sugerido a D. Elías Tormo al exponer, en su Guía de Sigüenza, pag. 11, que la zona de La Alameda de aquella población ocupó el solar de la ciudad episcopal de los visigodos y mozárabes a la que llamaron ‘Medina’ (ciudad) los árabes de la ‘Alcalá’ (el castillo).",1]
Marcos Nieto, Marzo 2008
[1] “El solar que hay a la terminación de la calle de San Roque, donde está el Calvario, obligándose a guardar las líneas y rasantes que se indiquen, así como a trasladar por su cuenta el Calvario a la inmediata explanada de la Alameda o a donde las autoridades civil y eclesiástica de esta ciudad le
designen... [el ayuntamiento acuerda] ceder el referido terreno para que sea propio de la sociedad y previo pago de veinticinco pesetas”, Junta 2 abril 1916, legajo 138.2,
Archivo Histórico Municipal de Sigüenza
[2] “Santiago Sanz presidente del Círculo Obrero de esta ciudad en la que solicita la concesión de un terreno de propiedad municipal para edificar un edificio...
se accedió a conceder el de la planta baja de la Plazuela de las Cruces , denominado El Jardinillo”, Junta 30 agosto 1921, legajo 138.7,
Archivo Histórico Municipal de Sigüenza
[3] Juan Cabré Aguiló , Bronce constantiniano de Sigüenza, nº 40, Tomo XIV (segundo semestre de 1940 y año 1941 completo), Madrid, CSIC 1940-1, Instituto Diego Velázquez, pp. 58-59
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