Called from/Referenciado desde: Histgueb: Página Principal |
Marcos Nieto, agosto 2018
Con ocasión del Año Jubilar 2018-2019, en torno a la catedral de Sigüenza se están desarrollando una serie de actividades, bastante interesantes algunas. Una de ellas, que podría parecer menor pero no lo es, es la exposición dedicada en el Museo Diocesano a los orígenes documentales y arquitectónicos de la catedral.
Entre el material presente y a efectos didácticos, sobresale una maqueta donde se resume el posible aspecto que tuviese la fábrica románica de la catedral. Resulta sugestivo poder examinar con un buen grado de detalle como pudo ser la catedral por fuera, y también por dentro.
>
Reconstrucción propuesta de la cabecera del templo, según la maqueta
Cómo se puede apreciar, hay un ábside central flanqueado por dos de menor tamaño, correspondiéndose a las tres naves de la catedral de Sigüenza. Actualmente no se puede apreciar esta estructura, pues la construcción de una girola y la eliminación de las cabeceras de los laterales hizo que tengamos que movernos en el territorio que habitan las hipótesis.
La presencia de absidiolos -ábsides secundarios que irradian de los ábsides principales- es sugerida por una fotografía tomada durante las obras de restauración de la catedral, cuando se retiró el retablo. Entonces se pudieron apreciar tres arcos tapiados, el central con una puerta practicada en el mismo para hacer de pequeña sacristía.
>
Testimonio fotográfico en el cual aparecen los arcos de entrada a los absidiolos en disposición radial, una vez cegados. Se puede apreciar que éstos se remodelaron ya antiguamente, pues hay uno más antiguo (del cual quedan únicamente los arranques laterales) sobre el que se soprepuso posteriormente un arco más reducido para albergar quizás una imagen
>
El aspecto que tendría la cabecera de la catedral, con una capilla mayor con pseudo-absidiolos
En Sigüenza hay un caso de una capilla excavada en la pared a modo de absidiolo en el presbiterio de testero plano de la iglesia de San Vicente Mártir. En la iglesia de Santiago hay una serie de arquerías ciegas o arcosolios en el presbiterio, aparentemente con función ornamental. En San Vicente el hueco generado es tan profundo como lo permite el grosor del muro en su base. Durante la restauración de la iglesia aparecieron los restos de una ventana en posición central y de un sagrario empotrado, este último descentrado para no ser ocluida su visión por el oficiante. Este espacio se mantuvo durante siglos tras los sucesivos retablos que lo tapaban, pues la iglesia carecía de sacristía como tal y el hueco hacía las veces de la misma.
En la reconstrucción que ofrece la maqueta, se opta por unos absidiolos similares, aunque la cabecera de la catedral es circular, en contraste con los testeros planos de Santiago y San Vicente. De este modo los absidiolos únicamente serían apreciables por el interior, pero no en el exterior.
>
El aspecto que adquirió el interior de la iglesia de San Vicente, una vez concluidas las obras de restauración. De las puertas que flanquean el pseudo-absidiolo central, la situada a la izquierda de la imagen es la subida a la antigua espadaña (hoy torre campanario) y la situada a la derecha un armario-sacristía del siglo XIII. Se optó por no reconstruir el ventano del absidiolo ni tampoco el sagrario originales, de los cuales apenas quedaban vestigios.
Magnífica la maqueta y el esfuerzo invertido en ella. Su existencia nos permite considerarnos preguntas de "¿y sí... (esto y lo otro)?" Una de esas posibilidades sería que la catedral guardase parecido en su cabecera, que era la parte por donde se iniciaba la construcción de los templos, con el templo principal de la ciudad francesa de donde era originario el primer obispo de Sigüenza e iniciador de las obras de la catedral, Bernardo de Agén.
>
Sant Caprais, catedral de Agén (Francia) en 1850
La catedral francesa conserva de su origen románico únicamente la cabecera del templo, pues las naves son posteriores. En cambio la cabecera se conserva "tal cual", sin reformas ni añadidos, de modo que su interpretación es diáfana.
>
Plano de la catedral de Agén (Francia) levantado por G. Barrère en 1835
El resultado de toda esta complicación arquitectónica es una cabecera del templo digamos que "muy movida" en el exterior del templo. En el interior dicha estructura permitía una compartimentalización muy grande del espacio, multiplicando sus posibilidades litúrgicas, algo especialmente adecuado para una sede episcopal.
>
El ábside de la catedral de Agen (año 2009)
>
Interior de la catedral de Agén en el año 2009, con la capilla mayor al fondo. Los tres absidiolos están separados por ventanas. Resulta notoria la abigarrada decoración neo-bizantina que recubre completamente todas las superficies
Ya hemos mostrado la maqueta de la catedral de Sigüenza y el aspecto que tiene la cabecera de la catedral de Agén. Ahora toca imaginarse cómo habría sido el aspecto de la catedral de Sigüenza si Bernardo de Agén hubiese optado por levantar una cabecera similar a la que conocía en su ciudad de origen.
>
Los hipotéticos absidiolos, sobrepuestos a la imagen original de la maqueta
Si lo anterior no fuese simplemente el resultado de demasiadas comparaciones, las catedrales de Agén y Sigüenza habrían sido muy, muy similares en sus comienzos.
Envíe sus comentarios/Send your comments:aquí/here
|