Called from/Referenciado desde: El torreón de Séñigo

Su situación

Vista desde el sur del emplazamiento de Séñigo, con el amplio valle que se extiende frente al mismo

Vista desde el oeste del torreón, mostrando al otro extremo del valle las ruinas de la ermita de Santa Librada la Vieja

Vista valle con Séñigo en primer término, Palazuelos al fondo a la izquierda

Vista antigua ermita de Santa Librada desde Séñigo

Sus posibles orígenes romanos

El paraje que conocemos actualmente como Séñigo bien pudo haber sido un asentamiento romano. Algunos rumores hablan de la aparición de pavimentos de mosaico en el lugar, pero no tengo nada que lo confirme o lo desmienta. Sin embargo, sí que está confirmada la existencia de una villa romana en el cercano pueblo de Palazuelos (villa de "La torrecilla") y por supuesto la ciudad celtibérica y luego romana de Segontia (Sigüenza) estaba a escasa distancia.

Fragmento de estuco romano aparecido en Palazuelos, con una orla de color ocre sobre un fondo verde marmorizado

Fragmento de estuco romano procedente de la villa de Palazuelos

El paraje está situado hoy en día en las inmediaciones de una carretera que comunica Sigüenza con el norte de la provincia y bien pudo haber estado situado en tiempos a la vera de la vía romana C52, que cubría la ruta Termes (Soria) - Segontia (Guadalajara). Para ello tomamos la clasificación de El Miliario Extravagante, que nos ofrece las siguientes vías de comunicación romanas con paso por Segontia.

C54

Segontia-Ercávica-cercanías de Segóbriga

C52

Termes-Segontia

CT55

Vía de unión entre las provincias Cartaginense y Tarraconense

Plano de carreteras de la antigua Segontia, obtenida de El Miliario Extravagante

Una piedra con forma troncocónica, con sus caras muy erosionadas y con un extraño signo en la base

Posible miliario que en 1995 se encontraba en las proximidades del yacimiento de "La Torrecilla" en Palazuelos

 

Transformación del paisaje

El paraje de Séñigo no se prodiga que digamos en testimonios documentales, pero sí que tenemos algun dato sobre el mismo. Así, tenemos noticias sobre la profunda transformación que ha sufrido aquel paisaje, antes compuesto de prados y bosques. En Actas Municipales de Sigüenza de finales XVI y principios del XVII se nos habla (septiembre de 1603) de la yerba del prado de Senigo que llaman la cabezada de la dehesa, el cual era siempre motivo de polémica por los repetidos intentos de cultivar en el mismo, en detrimento de su uso ganadero[1]. Resulta curioso imaginarse los sembrados actuales como una gran dehesa de pastos.

Igualmente el entorno de la dicha dehesa no era el actual, un erial apenas cubierto por matorrales, sino un bosque ligero, del tipo rebollar, que en su día debió extenderse por buena parte de nuestra comarca. En apoyo de lo anterior tendríamos varios textos, aunque paso a recoger el más explícito[2]:

2 de março de 1626

Sobre la corta del montecillo. En este ayuntamiento se acorde que por su decreto se rescibio y ynformo de la utilidad y aprobechamiento que se sigue de entresacar y de quemar y mondar el monte del rebollar que llaman de Sinigo que es termino de esta ciudad [...] nombraron por personas que para la corta a Juan Albarez ortelano y Geronimo de sanpedro y Anton de Flores, vecinos de esta ciudad, para que empiecen a acer la dicha corta el dia que se les ordenare

Esta corta anual aparece repetidamente consignada, hasta que obviamente alguien consintió en algún momento una "corta definitiva", que originó el desgraciado paisaje actual de grave deforestación y erosión. La deforestación incontrolada producida en el siglo XIX en buena parte como consecuencia de la Desamortización, condujo a la eliminación de enormes masas forestales, quedando los bosques en torno a Sigüenza reducidos a dos "El Pinar" y "El Rebollar" (de Pelegrina), fenómeno que modificó tanto el aspecto de nuestros paisajes que incluso ha motivado algún que otro error histórico "de bulto", como veremos a continuación.

La verdadera ermita de Santa Librada

El texto anterior nos permite además acabar con una ficción que se ha mantenido hasta nuestros días: la existencia de una hipotética ermita de Santa Librada en el paraje actualmente denominado "el Rebollar", en término de Pelegrina. Dicha hipótesis niega además la tradición popular y la existencia física del edificio "de Santa Librada la Vieja" (cuyo carácter se deja por así decirlo, en el limbo), siendo la consecuencia de seguir ciegamente al por otro lado mas completo historiador que ha tenido la Diócesis, Fray Toribio Minguella.

Hay casi frente a Séñigo, al lado derecho de la carretera para Soria, un sitio que llaman Santa Librada la Vieja y donde algunos creen que estuviese la primitiva ermita dedicada a nuestra Patrona. No encontramos documento alguno escrito en que pueda apoyarse tal creencia; pero existe, no solamente la denominación, sino también las paredes de la ermita. En cambio tenemos muchísimas actas que nos dicen estuvo la ermita en el Rebollar, camino entre Pelegrina y Barbatona, y que de allí se trasladó adonde hoy está, junto a la vía férrea [3] .

Se ha intentado encontrar algún resto de esta hipotética construcción en término de Pelegrina, siendo esta la hipótesis oficial que incluso se recoge en internet (Angel de Juan-García, "Ermitas de Guadalajara"). El Acta Municipal [2] antes citada constituiría el texto que necesitaba Minguella para aceptar lo que la tradición de tiempos del historiador y la evidencia arqueológica de entonces y de ahora parecen indicarnos.

Esta ermita lógicamente sufrió el abandono al construirse la nueva construcción. Así, en ayuntamiento del 13 de abril de 1715 se afirma dieron sus mercedes lizencia al señor Don Joseph de Olier y Serantes diputado de este ayuntamiento para que pueda hazer una taynada con su corral enzima de los Olmos de Hana en lo alto de la ermita caída de Santa Librada, quedando siempre en propiedad de esta ziudad, que podría corresponder con Santa Librada la Vieja, pues esta también está situada al pie de una montaña, en una zona cercana a la vega, susceptible de estar poblada de olmos, al igual que lo estuvo el torreón de Séñigo hasta que la grafiosis acabó con ellos. El texto anterior prosigue, y a continuación hace otra concesión para zerrar una media de sembradura en un liego (?) que ay junto a la paridera de sus ganados que está enzima de la hermita nueva de Santa Librada donde llaman el Rincón.

Otras consideraciones sobre los parajes de Séñigo

Los bosques en torno a la ciudad estaban protegidos por un cuerpo de guardas forestales, nombrados por el ayuntamiento. Así, el primero de marzo de 1643 se recoge si avia quien hiciese postura en la guarda de los cotos y entrepinares, montecillo y solana para este presente año, como se acostumbra. En éstos guardas forestales que cuidaban los montes situados en el término de Sigüenza se podría encontrar otra razón para identificar la "ermita de Santa Librada de la Guardera, que es cabo los rebollares, que es aneja de Santiago de esta ciudad" (Actas del Cabildo, 8 de junio 1526), citada por Minguella[3].

Igualmente el paisaje humano debía de diferir radicalmente del actual. Aparte de los habitantes del casa-fortaleza y viviendas adyacentes, existía una curiosa geografía sagrada en la zona. Así, en sus cercanías existen hoy las ruinas -en bastante buen estado- de una ermita dedicada a quizás la mas antigua de las patronas de Sigüenza, Santa Librada, cuyo culto y celebraciones estuvieron siempre bajo la protección municipal. Estaba situada en el paraje conocido como el rebollar de Séñigo, mencionado anteriormente. Luego tendríamos la hace tiempo desaparecida hasta los cimientos ermita de San Cristóbal el Alto, por coincidir con el emplazamiento de una cantera, en el cerro homónimo, o la de San Llorente, del caserío en torno a la casa-fortaleza. Como aparentan los estudiosos haber perdido también el rastro de dicha ermita, aprovecharé para poner un texto[4] para refrescar la memoria de su existencia:

En quince del mes de mayo de mil y seiszientos y ochenta y tres años yo el lizenciado Juan Ximenez, cura theniente de la parrochial del Señor San Pedro de esta ciudad [..] despose, case y bele in facie eclesie de la hermita de Señor San Cristobal el Alto [5] , que llaman, que está en un cerro de esta ciudad de Sigüenza a Francisco Garzes de Luna, soldado de la compañía de Don Martín de Unda, que está al presente aquartelada en esta ciudad y a Magdalena Marza, viuda de Bartolomé de Nobas, soldado que fue de dicha compañía

Referencias

[1] Ayuntamiento del 25 de septiembre de 1603. Archivo Municipal de Sigüenza, Legajo 27, folio 276

[2] Ayuntamiento del 2 de marzo de 1626. Archivo Municipal de Sigüenza, Legajo 28, folio 438 vuelto

[3] Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos, Fray Toribio Minguella, Tomo III, Madrid 1913, pag. 597

[4] Libro de los Casados de esta Sancta Yglesia Parroquia de Señor San Pedro siendo Capellán Mayor el Doctor Don Pedro de Anguita, Sección Fondos Parroquiales: San Pedro de Sigüenza, Archivo Histórico Diocesano de Sigüenza

[5] También conocido como "de Séñigo": (Acta Capitular, 24 julio 1600) "que una muger viuda de Siñigo defunta, en su testamento había mandado cierto dinero para aderezar e hacer unas Puertas en la iglesia de San Cristóbal de Siñigo". En Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos, Fray Toribio Minguella, Tomo III, Madrid 1913, pag. 600