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Una diosa homeless

Versión corregida y aumentada

Minerva aparecida en Pelegrina
La Palas Athenea de Fidias
La Minerva que apareció en Pelegrina Athenea Lemnia de Fidias

En el Museo Arqueológico Nacional se conserva una hermosa, aunque mutilada escultura, que figura en casi todas las monografías existentes sobre arte romano en España. A pesar de su relevancia histórica y artística, un halo de confusión rodea su descubrimiento, del cual parece no poder salir. Como siempre, en éstas páginas pretendo aportar datos para que el lector se componga su propia opinión, realizando verificaciones independientes en lo posible.

Marzo 2008
Con posterioridad a la redacción de este texto, encontré un testimonio bibliográfico que considero imprescindible incluir para que el lector se forme una opinión lo más completa posible. Se trata de un breve texto "Bronces romanos del Obispado de Sigüenza en el Museo Arqueológico de Madrid", incluido en el libro "Memorias de Sigüenza" (Sigüenza, 2000) del canónigo-archivero de la Catedral de Sigüenza D. Felipe-Gil Peces Rata. Recoge afirmaciones que parecen proceder de la documentos privados del obispo Antonio Ochoa en dicho archivo (no especifica fuentes)

Los cambios que introduce los consigno al final. De este modo el lector puede situarlos en su contexto.

Qué apareció

Retrato de Antonio Ochoa y Arenas, obispo de Sigüenza
Donación del Ilmo. Sr. Obispo de Sigüenza. Bronces descubiertos en el Arenal de Pelegrina, a 5 km de Sigüenza.

- Minerva. Estatua romana, falta de cabeza, manos y pies, vestida con el peplo y la éjida. Estilo decadente. Altura 0,65 m.
- Pié izquierdo. Por su tamaño puede ser de la estatua anterior, pero es de mejor ejecución y de otra clase de bronce.
- Dos trozos del manto (toga) de una estatua mayor que el natural.

[Boletín de Archivos, Bibliotecas y Museos. Órgano Oficial del Montepío del Cuerpo Facultativo del Ramo. Año I. Madrid, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-mudos y de Ciegos. 15 de Diciembre de 1896. Número 9, página 180]

El obispo al que se refiere el texto anterior sería Antonio Ochoa y Arenas, prelado de la diócesis desde 1879 hasta su muerte el 18 de febrero de 1896. Retrato tomado de Flores y Abejas, Año II, nº 19, Guadalajara, 6 de Enero de 1895

El texto anterior ofrece detalles curiosos que parecen ignorarse en buena parte de los estudios posteriores. Al autor de estas líneas le resultó revelador que el único ejemplar que posee la Biblioteca Nacional permaneciese intonso en el momento de consultarlo, transcurrido más de un siglo desde su publicación. Evidentemente la comunicación internacional del descubrimiento tendría una repercusión mucho mayor, y estaría a cargo de José Ramón Mélida (1856-1933).

Retrato de José Ramón Mélida sentado en una silla, apoyando el brazo derecho en el respaldo de ésta Un autre bronze romain, représentant une Minerve, a été découvert au lieu nommé Arenal de Pelegrina, a cinq kilomèters de Siguenza en 1895, et il a été donné por l'évêque de Siguenza au Musée archéologique national. La tête et les mains manquent; la satue a soixante-cinq centimètres de haut. [...] Le style de la Minerve de Siguenza appartiert à la décadence; la draperie est lourde. L'éqide, qui est posé sur la poitrine, a des serpents modelés en ronde-bosse.[J. R. Mélida, Sección Bulletin Archéologique d'Espagne en Revue de Universités du Midi, 1897]
 

Nótese que en la anterior noticia no se dice nada de que la Minerva había aparecido acompañada por otros restos escultóricos. Este interés en centrar la atención en la pieza más significativa y omitir el resto traería consecuencias.

Se advierte en dichos textos una discrepancia en torno al año en que se produjo el descubrimiento: en la prensa española, se da noticia del mismo en diciembre de 1896, pero en la prensa extranjera se precisa que el hallazgo se había producido un año antes, en 1895. Si tenemos además en cuenta el dato de la muerte repentina del obispo Ochoa en febrero de 1896, podríamos interpretarlo del siguiente modo:

Los diversos fragmentos escultóricos -o lo que fuese- pasarían a engrosar las colecciones de un Museo Arqueológico Nacional por aquel entonces relativamente joven. Había sido fundado por real decreto del 21 de marzo de 1867 y ocupado las instalaciones de un antiguo sitio real: el Casino de la Reina, en las cercanías de la actual plaza de Embajadores de Madrid. Y en fechas muy cercanas a cuando se debió de producir la incorporación de nuestra Minerva al museo este se encontraba cambiando de ubicación, ya que el 5 de julio de 1895 cambiaba de sede, al mismo edificio -eso sí, muy remozado- que ocupa actualmente entre el paseo de Recoletos y la calle Serrano en Madrid. Por lo tanto son momentos de mudanzas, proclives a los despistes.

Descripciones

En 1925 una guía del Museo Arqueológico Nacional nos la describe así:

18357: figura incompleta de Minerva. Hallada con fragmentos de estatuas en Pelegrina, cerca de Sigüenza (Guadalajara). Altura 0,85 m [Francisco Álvarez-Osorio, Una visita al Museo Arqueológico Nacional, Madrid 1925, página 215]

La anterior descripción es la única tras las de 1896 en las que se menciona que no se trató de un hallazgo aislado. Con posterioridad, todas tratarán exclusivamente de la escultura de la diosa, obviando la mayoría las circunstancias del hallazgo excepto uno que reconoce que poco o nada se sabe de las mismas. También ofrece un detalle curioso: ¡la escultura ha crecido 20 cm desde su descubrimiento en 1895! Ya no mide los 65 cm de entonces, sino que en 1936 alcanzaba los 85 cm. Misterioso...

En 1936 un especialista en arte hispánico la describirá así:

nº 18.357 (PL. XL, 4) si facheusement decapitee et manchote, qui fut exhumée aux environs de Sigüenza, et mesure 86 centimètres. Il est sûr que la déesse, identifiée par ce qui reste de son égide, s'appuyait sur sa lance, tenue haute de la main droite, mais comment compléter le côté gauche? par un bouclier? par une chouette ou une petite Victoire posée sur la main étendue? Il importe pue: tout l'intérêt réside dans le style tres exceptionnel des plis raides [Pierre Paris, Promenades archéologiques en Espagne: Le Musee Archeologique National de Madrid, Bruges Paris: Les Editions d'Art et d'Historie, 1936 Impr. Sainte Catherine, página 103]
Los estudiosos acusarían a la pieza de un cierto primitivismo, quizás resultado de la copia por manos indígenas una obra clásica.

la acéfala Minerva de bronce de Sigüenza, con la mano derecha en alto para empuñar la lanza y acaso el escudo en la izquierda, obra romana copia de una griega de rígidos pliegues que por actitud y vestido recuerda lejanamente la Atenea Parthenos fidíaca (Ars Hispaniae, t. II, Madrid. 1947. Artículo Arte Romano, por Blas Taracena, página 86)

Otra descripción, casi coetánea de la anterior (1949), reconoce que ya se había perdido el contexto del descubrimiento.

Bronce de pátina verde oscura - altura 0,85 m - Hallada en el Arenal de Pelegrina, a 5 km de Sigüenza (provincia de Guadalajara), juntamente con restos de otras esculturas (ignoro si de bronce también). Fue donada por el obispo de la diócesis al Museo Arqueológico de Madrid. Madrid, Museo Arqueológico, n. 18.357. Desgraciadamente ha llegado con sensibles mutilaciones. Fáltale la cabeza, el brazo izquierdo -que tendría, sin duda, el escudo- gran parte del antebrazo derecho, cuya mano, en alto, debía de sostener la lanza [Antonio García y Bellido, Esculturas romanas de España y Portugal, CSIC, Madrid 1949, p. 137]

Nótese que el texto admite implícitamente que se encontró con otros restos, de los cuales se desconocía cuales eran y de que material estaban constituidos. Aquí subyace la idea de que no es posible hacerlo corresponder con un yacimiento que proporcione un contexto a la escultura, por lo que en 1989 aparece como un "hallazgo aislado".

Hallazgo aislado de una estatua de la diosa Minerva, en bronce, decapitada y sin brazos [Dimas Fernández-Galiano Ruiz, Arqueología de Castilla-La Mancha, Toledo: Servicio de Publicaciones, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1989, página 211]

A pesar de lo encontrado de las afirmaciones de los estudiosos sobre su valía artística, nuestra Minerva mereció figurar entre la selecta representación del arte romano encontrado en España en la Exposición Universal de 1929, celebrada en Barcelona, lo que probaría que eran más numerosos sus defensores que sus detractores [Catálogo Histórico y Bibliográfico de la Exposición Internacional de Barcelona, tomo I, Madrid 1931, pag. 74]

Donde apareció

Ya hemos visto como las dos primeras noticias que tenemos sobre el hallazgo afirman que éste se produjo en el "Arenal de Pelegrina". Sin embargo, dicho lugar no era claramente ubicado, de modo que se dejó a la imaginación de los autores su posible localización, que en la bibliografía consultada se identifica exclusivamente con el castillo y alrededores.

Frente al castillo existe el emplazamiento de una Necrópolis celtibérica, ya explorada, en parte, por el Sr. Pérez Villamil, habiéndose encontrado objetos de importancia, entre ellos una Minerva que se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional. [García Sainz de Baranda, J. y Cordavias, L. Guía arqueológica y de turismo de la provincia de Guadalajara. 1929, página 242]

Como podemos apreciar, la escultura de Minerva era la pieza más valiosa entre un conjunto de "objetos de importancia", que no detalla el autor, porque presumiblemente desconoce cuales eran. En el texto se precisa que el yacimiento estaba "frente al castillo [de Pelegrina]" y que el autor del hallazgo había sido Pérez Villamil, extremos que trataremos más adelante.

El Castillo de Pelegrina fotografiado desde el sur-este

Vista del pueblo de Pelegrina en enero de 2008.

En el texto anterior todo parece cuadrar perfectamente: lo aparecido, donde lo fue, la cronología del yacimiento... ¡incluso ofrece el dato inédito de quien lo sacó a la luz! Quizás sea demasiado bonito para ser cierto.

El testimonio anterior que tan informativo nos resulta es puesto en duda por autores recientes.

[García Sainz de Baranda y Cordavias] Nos habla de la existencia de una "necrópolis celtibérica, ya explorada, en parte, por el señor Pérez Villamil", carácter ibérico que hay que poner en tela de juicio ante la ignorancia arqueológica del autor y ante la aparición de un bronce representando a Minerva [Dimas Fernández-Galiano Ruiz, Notas de prehistoria seguntina. Wad-Al-Hayara, nº 6, Guadalajara 1979]

Así, parece que García Sainz de Baranda pretendía asignar la escultura a un yacimiento celtibérico situado "frente al castillo", que podría sin demasiada dificultad considerarse que sería el conocido en la actualidad como "Los Castillejos". Como vemos, el que apareciese en un yacimiento de semejantes características no le cuadra a D. Fernández-Galiano, que postula que en todo caso tendría que ser de época romana y de Los Castillejos parece haber sido abandonado con anterioridad. En 1983 diversos reconocimientos practicados en la vega del río Dulce en busca de un yacimiento romano son infructuosos [Nuria Moreré. Carta arqueológica de la región seguntina, Guadalajara 1983, p. 41]. No obstante, parece que existe algún consenso en afirmar [Julián Talavera Costa, Estudio del poblamiento celtibérico, Universidad de Valencia, 2002] que la escultura apareció en un yacimiento que coincidiría con la actual población de Pelegrina, que ocupa una posición central en la vega del río, donde habrían aparecido materiales significativos en las categorías "monedas; escultura"; adjudicándole una cronología "celtibérico/celtibérico tardío" (pag. 82), "romano-republicana" (pag. 108) o "quizás llegue a época romana" (pag. 109). Ignoro si la actual Pelegrina aparecerá en algún lugar denominada como "El Arenal".

Una hipótesis de localización

En el repaso que hemos realizado a las noticias sobre la aparición de los fragmentos de esculturas recordaremos que en las primeras informaciones que se tienen se repite maquinalmente "en el Arenal de Pelegrina", dato que luego es directamente soslayado. Nosotros intentaremos ofrecer una localización que haya recibido dicha denominación en algún momento y donde se hubieran llevado a cabo actividades de remoción de tierras que aumenten las probabilidades de producirse hallazgos.

Investigando topónimos de fincas, aparece en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) una entrada en la cual se mencionan unos "arenales" en Pelegrina al describirse las lindes de una finca agrícola.

Francisco Benito. Finca nº 8. Otra en los Arenales de La Barenosa; dista quarto y medio de legua. Linda al norte con yermo, a oriente tierra de Juan García, al sur de las monjas de Sigüenza y al poniente Miguel del Amo, menor. [Catastro de Ensenada, Haciendas de Legos, Pelegrina]

Un testimonio muy cercano al anterior y bastante truculento nos confirmará que dicho nombre de "los arenales" le venia por tener diversas explotaciones extractivas de arenas, arcillas y calizas desde antiguo. Vale su peso en oro, y por diversos motivos.

Vista aérea de El Acierto y alrededores

Vista aérea de los Arenales de la Varenosa, donde se aprecian
las profundas marcas que las labores extractivas han ocasionado en el terreno

El 12 de abril de 1754, Pedro Sáenz Angel, alcalde ordinario de Sigüenza, manda iniciar la búsqueda de Pedro Sánchez, guarda del bosque y dehesa carnicera asociada conocidos como "Monte del Rebollar", que había desaparecido el lunes 8 de abril de 1754. [Sigüenza. Criminal. Año de 1754. Sobre la muerte de Pedro Sánchez alias boca negra // Guarda que fue del monte rebollar de esta ciudad. Pleitos criminales. Caja 376, expendiente nº 2, Archivo Real Chancillería de Valladolid]

[el equipo de investigadores da] noticia de que aviendo llegado al mismo Revollar y reconozidole han hallado que a la orilla de el, y por el camino que ba a Torremocha, cruzando desde el mismo camino por unas azas contiguas que llaman de la Barenosa, vieron unas huellas de caballería mayor y siguiéndolas, llegaron a una de las caleras, que está a la izquierda del dicho camino y en una Calera Antigua vieron que avía un majano de cantos en cuia calera rematavan las huellas de caballería los que avían ido siguiendo y también notaron que dos perros que llebaban luego que llegaron al majano referido se paraban y daban bueltas, y arrollaban lo que les hizo sospechar que allí avía alguna cosa y levantando algunos cantos del oyo de la misma calera descubrieron la caveza de un cadáver de un hombre, que estaba revozado o envuelto en una capa de paño, puesta la montera y atada con una cuerda.

Cantera de caliza situada adyacente al horno

Cantera de piedra caliza, en la Varenosa

Tras comunicárseles el hallazgo anterior, Blas Clavo, alguacil mayor de Sigüenza, Joseph Beteta, alcalde mayor de la villa de Peregrina, el escribano, Pedro de Aguas, Cirujano, Esteban de Hortera, alguacil ordinario y Pedro de Anguita se dirigieron al lugar de los hechos para reconocer el cadáver:

orilla de dho revollar, por el camino que va a Torrremocha, y se reconozió que a distancia de diez y siete pasos de dos robres que tenían cortadas diferentes ramas avía un gran destripadero de mucha tierra movida con muchas señales de pisadas como que avían andado algunas personas y desde aquel sitio, siguen unas huellas de caballería mayor y por el lado derecho y arrimadas a las huellas de la caballería, se reconocen huellas de pasos de persona calzada con albarcas, según por ellas se manifiesta, que ban atravesando unos sembrados y heriales por el sitio que llaman La Barenosa, hasta llegar a la hermita Vieja de Santa Librada, de donde retroceden al sitio en el que hay una calera en el qual estaban puestos de guarda y a la vista Francisco Palazuelos, Juan Pasqual, Lorenzo Sevilla y Xbal Bueno, vecinos de esta ciudad [..] oyo y barrancada que se conoze aver sido calera, se hallo un cadáver, que estaba cubierto de piedras grandes cuio sitio dijeron llamarse enzima de la Barenosa y dizen el Pozo de Santa Librada.

El cirujano dictaminó que había muerto por traumatismo cráneo encefálico, conduciéndose el cadáver hasta la capilla de Hospital de San Mateo de Sigüenza. Los asesinos resultaron ser vecinos de Sigüenza que habían ido con borricos para cortar leña de manera ilegal y fueron sorprendidos por el guarda. Este se abalanzó sobre ellos con el chuzo que portaba como única arma y éstos en una reacción imprevista, le golpearon en la cabeza con una gran piedra, ocasionándole la muerte inmediata. Desconcertados, los asesinos resolvieron ocultar el cadáver allí mismo, aprovechando las numerosas excavaciones en desuso que existían en la zona. Así, uno de los imputados, Domingo Relaño confesó que “resolvieron de llevarlo a la calera de Peregrina, que está en el sitio de La Barenosa”. En una serie de brillantes pesquisas, fueron todos detenidos y procesados, cuando algunos ya habían huido de la ciudad.

Como hemos podido apreciar, el texto anterior menciona "una antigua calera". Por la expresión, ya en el siglo XVIII la explotación hacía mucho tiempo que estaba en desuso. Esta impresión nos la confirman las Respuestas Generales de la villa de Pelegrina (Catastro Marqués de la Ensenada, 1752), que a la pregunta de si "Si hay algunas minas, salinas, molinos harineros, u de papel, batanes u otros artefactos en el término, distinguiendo de que metales y de que uso, explicando sus dueños, y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año" contestan con un "no" rotundo. La zona tendría que esperar al siglo XIX para ver abrirse sus explotaciones mineras, como veremos más adelante.

Volviendo desgraciadamente a textos menos novelescos, ya en fechas más cercanas al descubrimiento de la escultura de Minerva, también encontramos referencias a un topónimo del tipo "Arenales de la Varenosa/Barenosa/Barrenosa" en escrituras de compra-venta.

Santiago Gil Cerezo, vecino de Sigüenza, de 64 años, vende una tierra sita encima de los Arenales de la Barenosa, de cabida de dos fanegas, que hacen sesenta y dos áreas doce centiáreas, linda al saliente tierra de Gregorio Díaz, mediodía y norte cerviguero, y poniente tierra de don Alejandro Llorente, su valor, doscientos reales. [26 de agosto de 1892. Venta de una finca rústica en término de Pelegrina por D. Santiago Gil a D. Elías Bartolomé, vecinos de Sigüenza y Madrid, ante el notario Franco Pastor Cabellos]
Una tierra sita donde llaman La Barenosa y sitio de Los Arenales, de cabida una fanega igual a treinta y una áreas doce centiáreas, linda al saliente Andrés Benito y Cosme Casado, mediodía El Arenal, poniente Claudio Huertos y norte yermo. Lo heredó en 1864 de su padre Juan.
Una tierra en término de Pelegrina, en La Barenosa y sitio de Los Arenales, de cabida seis celemines que hace quince áreas cincuenta y tres centiáreas; linda saliente con otra que fue de Cosme Laucada (y ahora es de Elías Bartolomé), mediodía la otra mitad vendida por Santos de la Cruz a dicho D. Elías, poniente tierras compradas por éste a Manuel Anguita y Tiburcio de la Riva, y norte otra comprada por dicho D. Elías a Andrés Benito.

Una tierra sita donde llaman la Barenosa y sitio de los Arenales de cabe una fanega igual a treinta y una áreas cinco centiáreas, linda al saliente Andrés Benito y Cosme Casado, mediodía El Arenal, poniente Claudio Huertos y Norte yermo.
Una tierra en término de Pelegrina en la Barenosa y sitio de Los Arenales, de caber 6 celemines ... linda saliente con otra que fue de Cosme Laucado (y ahora de Elías Bartolomé), mediodía la otra mitad vendida por Santos de la Cruz a dicho D. Elías, poniente tierras compradas por este a Manuel Anguita y Tiburcio de la Riva, y norte otra comprada por dicho D. Elías a Andrés Benito.
[30 de Agosto de 1892, Venta por Santos de la Cruz, vecino de Sigüenza, a D. Elías Bartolomé, ante el notario Franco Pastor Cabellos]

Las compras de terrenos anteriores eran parte de los esfuerzos del empresario madrileño Elías Bartolomé de iniciar la explotación extractiva de los antiguos yacimientos, constituyendo lo que sería la "Mina El Acierto".

D. Juan del Nido y Segalerva, Gobernador Civil de esta provincia. Hago saber: que por D. Elías Bartolomé, vecino de Madrid, se presentó una solicitud en 8 de mayo de 1885, designando doce pertenencias de la mina de hierro y sales denominada "El Acierto", sita en el paraje que llaman La Barrenosa, término municipal de Pelegrina, en la forma siguiente: se tendrá por punto de partida una piedra al E la más elevada del montón tercero y desde él se medirán al N 150 m, al E 200 m, al S 500 m, al O 300 me, al N 300 m y de esta 150 m al punto de partida. [Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara, nº 136, 13 de mayo de 1885]

Ladrillo con el nombre de la fábrica estampillado

Una descripción de la mina con evidentes tintes publicitarios, es la siguiente:

Mina de Kaolín en Sigüenza. Hemos tenido ocasión de visitar la mina de Kaolín titulada "El Acierto", sita en término de Pelegrina, a corta distancia de la estación de Sigüenza, y nos ha llamado la atención la buena calidad de sus productos, que han tenido excelente aplicación en la fábrica de La Moncloa y para la fábricación de porcelanas y ladrillos refractarios. El criadero presenta en unas zonas el silicato alcalino puro y en otras lo ofrece mezclado con cuarzo que se lava convenientemente y se separa del silicato. Creemos que por sus condiciones, su proximidad al ferrocarril de Madrid a Zaragoza y la economía de su explotación, permiten asegurar un porvenir brillante a la mina de kaolín "El Acierto" [Revista Minera. Periódico Científico e Industrial redactado por una sociedad de ingenieros. Tomo 38. Año 1887. Madrid, página 259]

En 1890 se constituye una Sociedad Anónima del mismo nombre que explotaría las instalaciones de la concesión minera, recibiendo el mismo nombre que ésta. El siguiente texto narra algunos de los avatares seguidos por "El Acierto S.A.".

Que por escritura de 27 de julio de 1890, D. José María Martín, don Narciso Mauri y don Elías Bartolomé, constituyeron una sociedad anónima denominada El Acierto; que con escrito de 5 de agosto de 1898, que autorizó el notario de Madrid D. Teodolindo Soto, se disolvió; que con escritura de 17 de Diciembre de 1903, otorgada en Madrid, D. Justo Martínez y D. Manuel Cano, en nombre de la Junta de Accionistas de la disuelta sociedad, vendieron a D. Narciso Mauri las 138 fincas que habían pertenecido a aquella; que por escritura de fecha 17 de diciembre de 1903, otorgada igualmente en Madrid, D. Narciso Mauri constituyó, juntamente con D. Fernando Puig y D. Justo Martínez, una nueva Compañía anónima denominada El Acierto, con un capital de 197.000 pesetas, consignando que ese capital era igual al valor de los bienes aportados por D. Narciso Mauri, que consistían en las 138 fincas, sitas en la Pelegrina; y de las 197 acciones que representaban dicho capital, D. Fernando Puig suscribió 177, D. Justo Martín cinco y D. Narciso Mauri las 15 restantes. [Sentencia número 189 del 25 de Junio, publicada el 22 de Noviembre, recogida en la colección Jurisprudencia civil. Colección completa de las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo en Recursos de Nulidad, Casación Civil e Injusticia Notoria y en materia de competencias desde la organización de aquellos en 1838 hasta nuestros días, Tomo 175, Madrid, Editorial Reus 1929, página 1017]

Retrato fotográfico del Marqués de Santa Ana. Aparece como hombre de mediana edad, de perfil y barba larga pero cuidada Retrato fotográfico de Narciso Mauri, de mediana edad, con barba mediana y amplio bigote curvado en los extremos

Fernando Puig-Mauri, marqués de Santa Ana

Narciso Mauri

Retratos aparecidos en la publicación Album de Fotos. Primera Ilustración Española en Colores. Enero 1902. Barcelona. Ambos serían igualmente socios en la Sociedad Ómnibus de Madrid, establecida en 1899.

Pliego con una acción del 1.000 pesetas sin decoración figurativa, únicamente rodeada de una orla. Aparece firmada por el presidente y el secretario de la sociedad

Acción sociedad minera "El Acierto" en 1903.
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El horno de El Acierto, visto desde el sur. La boca del horno se encuentra de frente, tapada por maleza

El horno de uso mixto para fabricar cal y cerámica, de forma exterior troncocónica
y aspecto de torreón, con el que frecuentemente se confunde

En 1892 una excursión de geólogos visitó el emplazamiento y lo describió como sigue:

Poco más adelante se encuentra la fábrica de cerámica "El Acierto" (todavía en construcción), a la cual rodean arcillas y areniscas llenas de fósiles que los naturales del país llaman palomitas y pichones, según estén o no estriadas. Un abundante yacimiento de dichos fósiles, que nos enseñó uno de los operarios, está situado a unos 200 m al SSE de la fábrica y sobre un pequeño montículo; en él reconocimos la Rhynconella tetraedra y las Terebratula punctata y subpunctata, las tres características del lias [Excursión geológica por el partido de Sigüenza (Guadalajara), en Anales de la Sociedad Española de Historia Natural, Serie II, Volumen XXI, tomo primero, 1 diciembre 1892, Madrid, páginas 93-98]

Así entre los años 1890 y 1898 la empresa "El Acierto S.A." explotaba las diversas instalaciones mineras, por lo que en 1895 debían hallarse éstas a pleno rendimiento. El lugar empezó a salpicarse de diversas construcciones, canteras y un pequeño poblado. De las primeras, pocos vestigios se conservan; sin embargo las segundas se extienden por buena parte de la zona y nos indican la importancia de las actividades extractivas que aquí se desarrollaron. La factoría llegó a contar con una importante plantilla, que rondaría entre 100 y 150 operarios, entre hombres, mujeres y niños, según nos informa nostálgicamente el periódico "La Crónica: periódico político y de intereses generales de la provincia" del 28 de enero de 1909, cuando ya su actividad había decaído mucho. El poblado que allí se levantó y del cual hoy en día no perdura huella alguna estuvo acogido a los beneficios de la ley de Colonias Agrícolas Industriales de 1889 y figura con una población de 65 habitantes en 1908 [Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-americana, Editorial Espasa Calpe, 1908, entrada "El Acierto"].

Detalle de la mina El Acierto en el mapa geológico de 1920. En ella aparecen unas cinco construcciones ne color rojo.
Detalle de la fábrica "El Acierto" en 1920. Mapa geológico nº 461 del Instituto Geográfico y Estadístico

Tras el abandono definitivo de la actividad, las instalaciones fabriles y el poblado se arruinaron, de modo que buena parte de la zona está cubierta de restos de las actividades allí desarrolladas durante varias décadas, circunstancia que dificulta posibles reconocimientos del terreno en busca de restos arqueológicos que confirmen o desmientan esta hipótesis.

El posible descubridor

Ya hemos comentado como García Sainz de Baranda atribuye a Manuel Pérez-Villamil la realización de excavaciones en el lugar donde aparecieron los fragmentos escultóricos. Aunque no tengo la posibilidad de verificarlo documentalmente, admito que pudiera tener un fondo de verdad.

Retrato juvenil de Manuel Pérez-Villamil, quizás al recibir su licenciatura

Retrato juvenil de Manuel Pérez-Villamil

M. Pérez-Villamil, nacido en 1849 en Sigüenza, tendría aproximadamente 46 años de edad en la fecha en que se encontraron los restos (1895). Desde 1886 pertenecía al Cuerpo de Archiveros y con el tiempo pasaría a dirigir la Sección de las Edades Media y Moderna del Museo Arqueológico Nacional. Por lo tanto era una persona sobradamente capacitada para reconocer un yacimiento, por lo menos con respecto a la ciencia arqueológica de la época. En reconocimiento a su labor, en 1904 pasó a ser académico de la Real Academia de la Historia. Igualmente disfrutaría de excelentes relaciones con el estamento eclesiástico seguntino, empezando por su padre, que entre otros cargos era Abogado del Tribunal Eclesiástico establecido en la ciudad. Por lo tanto no sería de extrañar que en caso de recibir el obispo seguntino el aviso de un posible hallazgo arqueológico, dispusiera de nuestro estudioso para ir a investigarlo.


Datos complementarios, obtenidos del libro "Memorias de Sigüenza"

De la lectura del texto "Bronces romanos del Obispado de Sigüenza en el Museo Arqueológico de Madrid" se pueden extraer algunos datos que complementan o directamente enmiendan los textos anteriores. Intentaré extraer las ideas fundamentales y comentarlas para ver como casan con las hipótesis antes expuestas.

Quien y donde encuentra las piezas

F. Peces da el año de 1895 como fecha de descubrimiento de los bronces, aunque su descubridor Andrés Benito, afirma haberlos encontrado arando una tierra de su propiedad en La Barenosa.

Nuestro comentario: lo anterior descartaría la participación de Manuel Pérez Villamil en el hallazgo, o a lo sumo la reduciría a una prospección posterior de los terrenos, como antes habíamos apuntado como más plausible. Confirma el lugar del hallazgo, aunque lo sitúa contiguo a éste, justo al norte del complejo minero. Resulta extraño que Andrés Benito la encuentre "arando", cuando sus tierras estaban colindantes con las de la explotación minera. Tengo motivos para desconfiar de dicha afirmación. En dichas tierras se había arado durante siglos y resulta una extraña coincidencia que el descubrimiento se produjese tuvo que producirse el descubrimiento justamente cuando las explotaciones a cielo abierto estaban a pleno rendimiento.

Lo que se encuentra

F. Peces lo describe como "magnífica escultura de Minerva, en bronce y varios otros objetos del mismo metal, pertenecientes, al parecer, a una escultura ecuestre de grandes dimensiones" [considero que se trata de una cita literal de un texto que no precisa el autor].

Nuestro comentario: esto contrasta con la primera descripción "oficial" que tenemos del donativo del obispo incluye "dos trozos del manto (toga) de una estatua mayor que el natural". No se hace la menor referencia a algo que confiera carácter ecuestre a lo hallado. Coincido con García-Bellido en la imposibilidad de avanzar en la cuestión con los datos hoy conocidos.

Como llega el hallazgo a manos del obispo

F. Peces afirma que el párroco de Pelegrina Julián Moreno comunicó el hallazgo al obispo, y éste manifiestó interés por el mismo. El conjunto se traslada al Palacio Episcopal y el obispo convence a su descubridor de que lo done. Una vez realizada la donación, el obispo "le recompensa espléndidamente". Se mencionan los intentos de "un anticuario" para hacerse con las piezas, primero como metal al peso, y luego, admitiendo su valor histórico.

Cuando dona el obispo lo encontrado al Museo Arqueológico Nacional

F. Peces afirma que el obispo dona en vida el hallazgo al Museo Arqueológico Nacional. A cambio, solicita una serie de vaciados de arte cristiano para constituir un Museo en el Seminario Conciliar de Sigüenza. Dicho intercambio se recoge en una Real Orden.

Nuestro comentario: Este sería el texto antes aludido.

Ilmo. Sr.: S. M. el Rey (Q.D.G.), y en su nombre la Reina Regente del Reino, ha tenido a bien disponer se den las gracias al Sr. Obispo de Sigüenza por los bronces romanos donados por él al Museo Arqueológico Nacional. Asimismo es la voluntad de S. M. que se publique esta Real orden en la Gaceta de Madrid, para satisfacción del donante, y que se autorice al Director del Museo Arqueológico para formar una colección de vaciados de Arte Cristiano, procedente de la Exposición Histórico Europea, con destino al Seminario Conciliar de Sigüenza. De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid, 30 de Septiembre de 1895.[Gaceta de Madrid del 15 de Octubre de 1895, Número 288, página 165]

Marcos Nieto, Enero 2008

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