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En un contexto lleno de figuras sagradas como
la portada, este personaje desnudo fácilmente podría hacerse
corresponder con Adán. Sin embargo y a diferencia del Padre de la
Humanidad, resulta sospechosa la postura de su brazo izquierdo, a pesar de
haberse perdido en buena parte. Más bien parece agarrar el pene en
actitud desafiante al espectador.
Esta interpretación puede parecer aventurada, pero ya no lo es tanto si consideramos que inmediata a esta figura se encuentra otra de sexo femenino (7D), en posición no menos provocativa. |
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