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El tiro por la culata

Marcos Nieto, enero 2021

Una visión de la fuente que existió en el centro de la plaza conocida actualmente como Plaza de los Vagos, con la igualmente desaparecida Puerta de Guadajalara al fondo. Una caballería bebe del pilón, mientras que tres jóvenes andan trasteando en torno a la misma

Sigüenza, año 1972. Una visión de la fuente que hasta no hace tanto tiempo se levantaba en el centro de la plaza conocida popularmente como Plaza de los Vagos, con la desaparecida Puerta de Guadajalara al fondo. Una caballería bebe del pilón, mientras que tres jóvenes andan trasteando en torno a la misma buscando una víctima

El edificio que actualmente aloja el Colegio Episcopal Sagrada Familia fue en su origen un Hospicio o Casa de Misericordia, lugar que nació con el propósito de recoger gente necesitada (lisiados, dementes, mendigos) de las calles y proporcionarles un lugar donde vivir, así como enseñarles un oficio. La idea en principio era buena: no lo fueron tanto los resultados, pues los internos no estaban deseando trabajar ni aprender un oficio, sino que habían sido "pescados a lazo" en las calles o reclutados de los orfanatos. En otra ocasión trataremos de esta institución, uno de tantos proyectos ilustrados de regeneración que malogró la invasión napoleónica.

En un legajo del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara queda constancia de las consecuencias de una burla pesada que tres jóvenes desocupados gastaron a una disminuida psíquica recluida por orden municipal en el hospicio. Lo que no contaban los guasones es que el portero del hospicio acudió a los gritos de la agredida y tomó por sangre el aspecto del rostro y tocado de la mujer, cubiertos de vino. Al verlo, persiguió a los tunantes con una escopeta en la mano, hasta que fue detenido. Cómo es habitual en muchos de estos casos, nos admiramos de que el demandado sea el único que a nuestro juicio actúa con probidad. Afortunadamente, la Justicia, más que ciega, es tuerta y aquí logra demostrar su inocencia y cambia las tornas, convirtiéndose los acusadores en acusados. Pero no dilatemos más el tema: que sea el lector el que saque sus propias conclusiones, como siempre.

Antonio Velasco y Juan Manuel Berrueco vecinos de esta ciudad, padres de Juan Velasco y de Pedro Berrueco, solteros ocupados de en la Pastoría de Ganado Lanar, ante vmd como mejor en derecho, prozeda comparezemos y nos querellamos grave y criminalmente de Salvador, cuyo nombre y apellido ignoramos, y es el que cuida de la Real Casa de Misericordia, fundada en esta ciudad, y con expresión de nuestra justa queja, decimos que en el día de ayer 24 del corriente y a poco mas de la hora de las doze, haviendo estado nuestros dichos hijos en la taberna que llaman el Bodegón, y bevido una gota [sic] de bino, pareze que por haverles sobrado algo, los echaron en la copa de un sombrero, y pasando por delante de dicha casa combidando con dicho sobrante, una muger que en ella habita salió a bevérselo a tiempo que algún muchacho tropezó en el sombrero (o tal vez lo hizo de estudio, o con inadvertencia de sus resultas) y le cayó en la cara; y sin otro mayor motivo, que este dicho Salvador echando mano a una escopeta se destacó y convirtió furioso contra nuestros hijos persiguiéndolos a paso de carrera muy acelerada y especialmente al citado Velasco, oyéndose la voz de que iba a matar a aquel ladrón con referencia al susodicho y sin duda lo huviera conseguido a no haverse ausentado y ocultado aquellos, y a no haver detenido al indicado Salvador un hombre que es conocido por el mote de Peralta, a quien se le resistió con mucha sobervia y esfuerzo; y respecto de que con semejante maligna idea, y perversa intención y ánimo declarado que trató de ponerlo en execución, ha cometido el más atroz crimen, y uno de los más detestables contra que justamente se armaron las leyes…
Testimonio de Theresa Lucas [26-agosto-1782] yendo la testigo hacia la fuente de Guadalaxara que benían de darles agua a las caballerías, llegó a la puerta del Corral de la Casa de Misericordia en donde los alló y en ese ynstante vió que el que cuida de la casa de Misericordia que llaman Salbador vajaba con una escopeta en la mano muy furioso y dando voces y diciendo que detubieran aquellos pícaros ladrones perros y la testigo y otras personas discurrieron que las vozes que daba y el ir con la escopeta dicho Salbador, lo hera por si iba tras algún perro malo, asta que oyó la testigo que yba siguiendo a los hijos de los querellantes para matarlos que es la verdad y lo que puede decir… edad de sesenta y quatro años.
Testimonio de Miguel Echebarría.[…] que llevaban en la copa del sombrero como un quartillo de vino, que les avía sobrado de lo que havían hechado, y el testigo y a sus compañeros les brindaron si querían veber, y se fueron hacia sus casas el testigo seguido con sus compañeros en dicho Bodegón y a cosa de más de quarto de ora se bajaron a comer el testigo y sus dos compañeros y a llegar a la Puerta Principal del Ospicio les digeron en la misma puerta que Salbador Sanz el que cuida de dicho ospicio yba corriendo con una escopeta en la mano, tras Juan Velasco y Pedro Verrueco y tras el hijo del Mendrugo y de contado el testigo y sus compañeros bajaron corriendo haver lo que hera y llegaron a la Pared de la cercada que labra Juan Joseph Ybáñez, frente del Colegio de San Martín y vieron que dicho Salbador yba el río arriba corriendo con la escopeta en mano tras dichos mozos, por lo que contemplando el testigo y sus dos compañeros algún riesgo lo fueron siguiendo al dicho Salbador, los unos por debajo del ospicio a la Puente nueba, y el testigo se metió por mitad de la cerrada de Juan Joseph para pasar los dos ríos y al pasar el último aguardó que dicho Salbador pasara y de contado que pasó le hechó el testigo mano a la escopeta y sin más causa que esta dicho Salbador le dio con dicha escopeta un golpe al testigo en un lado y le dixo que soltara la escopeta y no quiso teniendo una riña y estando forcejeando por no soltarla llegaron dicho Gregorio y Delgado a quienes dixo el testigo llegaran por destrás, porque la escopeta estaba cargada.
Testigo Antonio Sancha.[…] iban corriendo todo el camino arriba y bolbiendo el testigo la caveza vió que un ortelano llamado por mote Peralta estaba al lado del labadero con Salbador Sanz a cuio cuidado está el ospicio y vió que dicho Peralta estaba forcejeando para quitarle la escopeta, que dicho Salbador llevaba en sus manos , a cuio tiempo también vio que llegaron dos mozos, el uno el hijo de la Theresona y el otro el criado de los frayles de San Gerónimo, quienes también forcejearon con dicho Salvador …
Doy fe yo el dicho escribano como este día mes y año dichos siendo como las diez y media de su mañana poco más o menos, asistido de Pedro Belasco Alguacil maior e Ysidoro de Torres, munidero ordinario pasé a la Sala Principal del Colegio de San Jerónimo, extramuros de esta ciudad, y precedido el recado de urbanidad, le hice presente a su reverendísimo Padre Fray [falta] Prior en dicho colegio, quien enterado, nos expuso y dijo necesitava ynformarse del caso para la entrega de la escopeta mediante ser causa criminal, sacerdote, su reverendísima y sus colegiales de planes y que ynformado que sea nos daría parte …

Fee de la prisión. Doy fee que inmediatamente en dicho día mes y año se presentó en la cárcel real dicho Salvador Sanz.

Confesión (de Salvador Sanz). En la ciudad de Sigüenza a treinta y un días del mes de Agosto de mil setezientos y ochenta y dos años… (1ª pregunta) dijo llamarse Salvador Sanz, su estado casado, su ocupación u oficio el de estar cuidando de la casa real de Misericordia de esta ciudad de las personas y vienes que ay en ella por nombramiento especial echo en su persona por los señores de la Real Junta de dicha casa, su hedad, la de quarenta años, poco más o menos = Preguntado qual es la causa de su prisión o la presume, quien le prendió, de orden de quien y a que ora, dijo se persuade que el haverle mandado comparecer en la prisión, en que se alla, cuia comparecencia a echo de orden de su merced, será porque el día veinte y quatro de el corriente, saliendo de la Real Casa de Misericordia, entre una y dos de su tarde para ir a comer a la de su havitación y acercándose a la de Juan de Ambrona [en otro sitio aparece de oficio herrador], con el motivo deber un poco de trigo, le dijo este, Salvador, mira donde ay una paloma, que hera en una de las ventanas altas de dicha Real Casa y luego que la vió, dijo boy a tomar la escopeta para matarla; a cuio fin pasó, a la misma Real Casa y tomó una escopeta que havía en el quarto que havita Lorenzo Forcada, cuia escopeta ygnora si está cargada o nó pero si save que está sin cevo, porque abriéndole la cazoleta, halló faltarle, y dio orden a una hija pequeña de dicho Forcada, para que viese si havía pólvora, para cevarla,y cargarla en el caso que no lo estuviese, y estando en eso oyó unas voces, en que por su nombre le llamaban, con la espresión, mire vuestra merced lo que an echo con esta pobre muger estos ombres, a cuias voces acudió y vió entrar a Antonia Zozoya [sic] que se le tenía recogida y entregada al confesante, por el Señor Alcalde Jorge Fornel, con un trapo y las manos puestas encima de la caveza, chorreando (al parecer del que responde) de sangre, por la cara y alrededor de la caveza; con cuio motivo salió a la puerta de la dicha Real Casa y vió que tres ombres hivan huiendo por casa de el ortelanillo, cuia fuga le hizo creher firmemente de que havían herido a la citada Antonia Zozoya [¡Zoroya?] o havían cometido algún otro insulto por lo que echó detrás de ellos, en la misma disposición que se hallava, que hera con la citada escopeta no con ánimo de ofenderles con ella, pues bien savían no podia hacerlo por faltarle el cevo, ni ser su intención tal, sino es para que se contuviesen, pues heran tres los que huiyan y haviéndose separado uno de ellos le siguió asta el otro lado del río, y viendo que por la mucha ventaja que le llevava no le podia alcanzar, se bolvió por el puente nuevo, a que le salieron Miguel Chavarría (sic), Gerónimo Delgado, Joseph Gregorio y otras personas y sin meterse con ellas se abalanzaron a el que responde, le quitaron la escopeta, le rasgaron la ropa y le dieron varios golpes sin ponerlos contener […] luego que tomaron la escopeta, la esgatillaron a el aire tres veces, y ninguna dio fuego, prueva de que no tenia cevo…

[el 31 de agosto de 1782 es liberado el preso, eso sí, condenado a pagar las costas del proceso]

[los querellantes insisten, vuelve a activarse el proceso] Nueva declaración de Salvador Sanz… pase a la Real Casa y tomé una escopeta de el quarto que ocupa y en que está recogido y ospedado Lorenzo Forcada, Maestro Arquitecto, y me la enseñó una adulta hixa de dicho Forcada …

Testimonio de Francisca López, viuda de Antonio Recuero, vecina de esta ciudad […] hallándose el día veinte y quatro de agosto pasado de este año entre la una y dos de su tarde en la Casa de Misericordia de esta ciudad, donde se alla recogida, vio desde la Puerta de la Capilla de Nuestra Señora que ay en dicha casa que se salió a la Puerta de en medio de dicha casa Antonia Zozoya, viuda, vecina de esta ciudad, quien se hallava recogida en dicha casa de orden de el señor Jorge Tornel, alcalde ordinario por el estado General, como demente, la qual salío con una almuada blanca llena de lana y puesta en la caveza, y al llegar a dicho portal vio la testigo que vajando por la puerta principal de la calle desde la Puerta de Guadalaxara para San Martín calle real, tres mozos en almilla blanca, a quien no conoció la testigo, pero si vió que los dos llevaban sus sombreros puestos y el otro en la mano la copa voca arriva, a los quales tres mozos llamó dicha Antonia Zozoya demente y les dijo por dos vezes venir acá, es fruta lo que llevaís, alo que respondió el que llevava el sombrero en la mano que no hera fruta, que hera vino, a que respondió dicha demente, traer, traer acá, y con efecto le dieron de veber dos veces y después de haver vebido del vino que llevaba en dicho sombrero, lo que no quiso dicha demente, uno de dichos mozos se lo echó por la cara y caveza a dicha demente, con lo que escaparon a correr a la calle avajo dichos tres mozos sin concerlos y apenas se entró dicha demente para su quarto empezó a gritar y dar vozes diziendo como la havían puesto de vino y a que otras veces la havían puesto de agua, y por un hijo o sobrino del ciego que estava recogido en dicha Casa de Misericordia, se empezó a dar voces, llamando a el dicho Salvador, a quien encontró que venía el pasillo abajo con una escopeta en la mano, que sacó de el quarto de Lorenzo Foracada, havitante en dicha casa, que la sacava con el fin de tirarle a una paloma que le havían havisado havía en una venta alta de dicha casa sin otro fin ni intento y apenas encontraron la testigo y dicho sobrino o hijo del dicho ciego, al citado salvador en el pasillo, le contaron lo que dichos tres mozos havían executado con la demente…

[se interrumpe el proceso, pero las tornas cambian y es Salvador el que demanda a los tres mozos)]

Referencias

Sigüenza, Criminal, año de 1782. Entre partes de la una Salvador Sanz y Antonio Velasco y Juan Manuel Verrueco vezinos de esta ciudad, Sección Protocolos Notariales: P2756, Notario: Dionisio de Olier, Archivo Histórico Provincial de Guadalajara

 


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